¿Eres de las personas que al mínimo dolor de espalda recurre al botiquín?
Fíjate en las conclusiones de un reciente estudio de la Universidad de Sidney (Australia): en la actualidad no existen analgésicos simples que proporcionen un alivio «real” para el dolor de espalda, lo que significa que incluso un placebo podría tener el mismo efecto.
Y no solo eso: cada vez más investigaciones apuntan que hay maneras más sencillas y eficaces de alejar esas molestias. Saber Vivir te propone las más efectivas.
Calma el dolor de espalda con lo más natural
Las plantas pueden ser tus aliadas para tratar el dolor de espalda. Tienen muchos menos efectos secundarios que los fármacos y son menos tóxicas. Pese a ello, conviene que consultes con el especialista antes de tomar cualquiera de ellas:
- Para tomar… La alfalfa es ideal contra las contracturas. La resina del árbol boswelia (por sus ácidos boswélicos) y el rizoma de jengibre tienen propiedades antiinflamatorias. La raíz de harpagofito y la menta piperita son analgésicas.
- Para aplicar… Los masajes con preparados a base de árnica (que es antiinflamatoria) palían el dolor.
Estira bien tus vértebras
Una reciente investigación del Boston Medical Center (EE. UU.) demostró que una terapia basada en estiramientos de ayuda a revertir el dolor sin necesidad de tomar fármacos. Y es que flexibilizar la columna (y la musculatura que la rodea) tiene efecto «analgésico».
- Estírate en el suelo: Pon una mano en cada rodilla y acerca las piernas hacia el abdomen. Siente el estiramiento de la zona lumbar y gira lentamente de lado a lado.
- De rodillas: Estírate hacia delante. Pon la mano derecha sobre la otra, inclina el cuerpo hacia la derecha y balancéate. Cambia de lado y repite.
- De pie: Deja caer el cuerpo hacia delante (sin hacer rebotes). Siente cómo las vértebras se van separando. Aguanta un minuto. No hace falta que llegues a tocar el suelo. Si sufres lumbalgia, consulta con tu médico.
Elimina los michelines que le pesan a tu columna
Cuando la barriga «pesa» la columna se desvía levemente hacia atrás para corregir el equilibrio del cuerpo (para que no se incline hacia delante).
Así te afecta la «barriguita»
Ese exceso de curvatura de la espalda hace que por cada kilo de peso extra se ejerza una presión de 4 kg más sobre cada una de las vértebras lumbares, las de la zona baja.
Revierte el problema
Si eliminas ese «cinturón de grasa» y mantienes fuertes los músculos que rodean las vértebras, eliminarás tensión, recuperarás estabilidad y alejarás el dolor.
Los ejercicios abdominales pueden perjudicar pero los hipopresivos (si no hay hipertensión) son efectivos y seguros.
Los hipopresivos refuerzan la espalda de forma segura
Túmbate con las piernas dobladas y los pies en el suelo. Coge aire notando cómo se abren las costillas y mete el ombligo hacia dentro. Vacía el aire y aguanta 10 segundos la respiración. Repite 5 veces.
Evita los «nervios” que tensan la espalda
Si apuntases en un papel cuándo te duele más la espalda y cómo estás ese día, es muy probable que llegases a esta conclusión: cuanto más nervios acumulas, más te duele.
Por qué te afecta tanto
- Ante una situación estresante tu organismo entiende que tiene que estar preparado para «reaccionar” y segrega una gran cantidad de adrenalina para permitir esta respuesta.
- Los vasos sanguíneos se estrechan, se reduce el flujo sanguíneo y los músculos se contraen para permitir una «huida” a tiempo.
El estrés tensa los músculos y magnifica la sensación de dolor
- El problema es que si vives siempre con estrés, la producción de esta hormona es constante y los músculos permanecen tensos durante demasiadas horas. Por eso aparecen dolores de espalda, lumbalgia…
- Además, los nervios se activan cuando vives con estrés, lo que hace que percibas con más intensidad cualquier molestia.
Cómo deshacer los «nudos”
Muchas personas dicen tener «nudos» cuando están estresadas. En efecto, se trata de pequeñas contracturas musculares provocadas por la tensión. Hay gestos que ayudan a «deshacerlos»:
- Técnica de los pulgares. Si sientes que tu musculatura está algo contracturada, aprieta con la yema del dedo pulgar sobre el punto doloroso. Mantén la presión durante un minuto, hasta que notes que el nudo se «deshace”. Repite si es necesario.
- El truco de la pelota. Si no llegas al punto de dolor o el «nudo» persiste: túmbate, coloca en la zona dolorosa una pequeña pelota de tenis y hazla rodar levemente con el cuerpo. También puedes colocar la pelota entre tu espalda y una pared.
Presionar sobre la zona contracturada puede dar alivio
- Respira…¡en 4-7-8! Un médico de la Univ. de Arizona (EE. UU.) propone librarse del dolor de espalda provocado por estrés así: túmbate, coge aire por la boca en 4 segundos, aguanta la respiración 7 segundos y suéltalo en 8. Repite varias veces.