¿Cuántas veces nos encontramos con personas que tienen una necesidad compulsiva de tomar el control de todo lo que les rodea? Pues bien, existe un término clínico para este tipo de personas y es «fanático del control», lo que significa que estas personas tienen un problema. La necesidad de control puede ser tan extrema que estos individuos son vistos como raros o anormales. Estas personas suelen ser pasivamente agresivas, obsesivas, con trastornos del estado de ánimo, excesivamente ansiosas, deprimidas o incluso fóbicas en ocasiones. Aunque, estas características pueden ser deseables en algunos campos profesionales (como científico o controlador de tráfico aéreo), pero la gente en general no quiere interactuar con un fanático del control.
A continuación se presentan 9 de las señales que pueden ayudarte a decidir si la persona con la que estás tratando es un maniático del control.
1. Tienen tendencia a corregir a la gente
Un maniático del control suele dejarse llevar por el impulso de querer que todo se haga de la manera que ellos consideran correcta. Estas personas evitan los errores en su propia vida y como tal tienen una alta necesidad de corregir a los demás en caso de encontrar algo incorrecto. Pueden corregir a la gente por una pronunciación u ortografía incorrectas, por malos modales, por detalles sobre algo del pasado si ven algo incorrecto o inapropiado o por una discusión irracional. El factor subyacente de este comportamiento es su creencia de que suelen o siempre tienen la razón y como tal, tienen que hacérselo saber a los demás.
2. Son sentenciosos y críticos con otras personas
Los fanáticos del control suelen ser muy sentenciosos y esto les sale muy natural. En consecuencia, tienden a juzgar a las personas en base a sus errores o equivocaciones. Es como un acto reflejo para ellos porque son muy opinantes sobre todo lo que les rodea y tienen un conjunto de pocas reglas y principios estrictos. Pueden opinar sobre cosas como la forma en que la gente debería llevar su vida, cómo debería hacer su carrera, etc. Se ven a sí mismos como una especie de ser superior santurrón que no encaja entre sus amigos y familiares.
3. No son en absoluto jugadores de equipo
Cuando usamos el término «equipo», nos referimos básicamente a la descentralización de poderes y responsabilidades entre un grupo de personas. Sin embargo, un fanático del control no cree en este término porque le gusta dictar las condiciones a los miembros de su equipo. Intentan dirigir o microgestionar el equipo ejerciendo sus normas y métodos sobre el resto del equipo. Como resultado, su actitud es la de un microgestor más que la de un jugador de equipo.
4. No les gusta compartir el crédito de su éxito
Es tan obvio que una persona tan obsesionada con sí misma rara vez compartirá el crédito de su éxito con los demás. Según ellos, el éxito de su equipo sólo es posible si asumen el control de todo el equipo. Este hecho subraya de nuevo la necesidad de que un fanático del control microgestione en lugar de permitir que el equipo se involucre. Nunca apreciarán la posibilidad de una forma mejor y más efectiva de lograr el éxito que no sea a su manera.
5. Se niegan a admitir cuando se equivocan
Una de las características más asombrosas de un fanático del control que molesta a la mayoría de sus amigos, familiares o conocidos es su audacia para negarse a aceptar que pueden estar o están equivocados en algo. Puede ser por la más pequeña y estúpida de las cosas, pero a un fanático del control no le importa ni le molesta eso porque lo único que cree es que no puede hacer nada malo. Además, su proceso de pensamiento se distorsiona tanto que comienzan a creer que los demás pueden utilizar la aceptación de su error en su contra, o pueden percibirlos como tontos o incompetentes debido a dichos errores o equivocaciones.
6. Creen que saben lo que es mejor para cualquier situación
Los fanáticos del control piensan intrínsecamente que son los únicos conocidos en el planeta que saben lo que es mejor para todos en cualquier circunstancia. Estas personas incluso intentan manipular el comportamiento de los demás para que actúen de forma que se adapte a su agenda. Es por su complejo de superioridad que sienten que tienen el deber de convencer a los demás para que cambien su comportamiento, ya sea a través de tácticas agresivas, acumulando presión o manipulándolos.
7. Actúan como el mesías que evita que ocurran cosas malas
Si te encuentras con alguno de los fanáticos del control, entonces podrás notar que están muy preocupados por el futuro. Con ese tipo de telón de fondo, simplemente no pueden evitar actuar como el Mesías y tratar de asegurarse de que se preparan para cualquier cosa mala que viene en su camino. En ese proceso, terminan perdiendo gran parte de su tiempo al concentrarse en eventos que podrían ni siquiera ocurrir.
8. Se aferran a los rencores
Cuidado con los fanáticos del control porque pueden guardar rencores contra ti por el resto de su vida. Generalmente, a un fanático del control le gusta ver las cosas a su manera y si no se le permite dictar los términos entonces simplemente comenzará a desarrollar rencores contra ti. Además, en caso de que las cosas no vayan bien con sus formas también entonces usted está para algunas críticas reales de ellos y luego se asegurará de que se le recuerda de sus fracasos de vez en cuando. Lo que más duele es que estos fanáticos del control tratan de insultarte en público.En resumen, trata de evitar cualquier error si tu jefe es un fanático del control o de lo contrario te arrepentirás del error por el resto de tu vida.
9. Quieren ganar todas las discusiones
Independientemente del tema de discusión, un fanático del control simplemente quiere ganar todas las discusiones y como tal no puede dejar que nadie más tenga la última palabra en una discusión. Los fanáticos del control piensan que tienen el derecho de tener la última palabra para terminar cualquier discusión. En situaciones en las que no se les permite tener la última palabra, sienten que la discusión ha quedado sin resolver y colgada y eso es una especie de agonía mental para ellos. Como ya se ha dicho, creen que son los más prácticos, lógicos e inteligentes de cualquier multitud y eso hay que demostrárselo a todo el mundo.
Un fanático del control nunca sentirá empatía por alguien que haya cometido un error y, como tal, nunca le oirás decir a otra persona «No te preocupes, todos cometemos errores». Según un fanático del control, si alguien comete un error continuo entonces debe ser demasiado perezoso o simplemente estúpido.
Conclusión
A partir de los puntos anteriores, se puede decir que los fanáticos del control actúan de tal manera que terminan frustrando y causando resentimiento en los demás. Tales individuos operan de esta manera porque sienten que necesitan mantener todo bajo control para lograr sus propios objetivos. Por lo tanto, si su jefe, su amigo, su pareja, etc., muestra alguna de las cualidades mencionadas anteriormente, lo más probable es que esté tratando con un fanático del control.