En algún momento, la mayoría de los niños (si no todos) mentirán a sus padres. Muchas veces estas mentiras son inofensivas, se dejan de lado como lindas y pequeñas mentiras blancas que te harán reír, diciendo cosas como «el hámster se comió mi tarea». Pero a algunos niños les cuesta mucho más mentir que a otros. El problema no es el hámster. El problema es cuando escuchas algo como: «El profesor tuvo un accidente durante la clase de química y tuvo que salir en ambulancia, así que no tuvo tiempo de asignar los deberes de las últimas dos semanas.» ¿Me entiendes?
Si has pillado a tu hijo mintiendo en múltiples ocasiones y nunca estás muy seguro de si te está diciendo la verdad o te está mintiendo continuamente, es hora de cortar de raíz este comportamiento engañoso.
Mighty Mommy comparte 5 maneras en las que puedes ayudar a tu Pinocho a elegir la honestidad en lugar de las mentiras antes de que este hábito tan malo lo meta en serios problemas.
¿Por qué mienten los niños?
En primer lugar, es importante entender por qué los niños mienten. Aunque muchos tienen una gran imaginación y pueden fabricar una historia de la que J.K. Rowling estaría orgullosa, hay razones de desarrollo y grupos de edad concretos que tienden a mentir más. En ¿Por qué mienten, engañan y roban los niños? se señala que las mentiras alcanzan su punto máximo entre los 6 y los 10 años: «Un estudio de la Universidad de Waterloo, en Ontario, que observó a los niños en casa descubrió que algunos niños de cuatro años mentían una vez cada dos horas; algunos de seis años mentían cada 90 minutos. La mentira suele alcanzar su punto máximo entre los 6 y los 10 años; disminuye a medida que los niños crecen y empiezan a comprender las consecuencias de mentir y la probabilidad de que les pillen»
La etapa de desarrollo del niño desempeña un papel importante en la razón por la que los niños empiezan a mentir. El artículo de Psych Central, Cuando un niño miente, desglosa estas etapas:
- Desde el nacimiento hasta los 3 años, los niños se encuentran en un mundo muy confuso en el que dependen de los adultos para su propia supervivencia. A menudo, lo que parecen «mentiras» son errores honestos o esfuerzos para protegerse o para apaciguar a los adultos.
- Los niños de 3 a 7 años todavía están averiguando la diferencia entre la fantasía y la realidad. Crean mundos imaginarios en sus juegos.
- De los 5 a los 10 años, los niños desarrollan gradualmente una comprensión de lo que significa mentir. Si se han criado en un hogar, un vecindario y una escuela donde hay reglas claras sobre la importancia de decir la verdad, harán todo lo posible por cumplirlas.
- ¿Más de 10 años? Saben perfectamente cuándo están estirando la verdad o mintiendo descaradamente.
Si estás tratando con un mentiroso, aquí tienes 5 estrategias para darle la vuelta.
5 consejos para lidiar con un niño mentiroso
- Consejo #1: Modela y mantén la calma
- Consejo #2: Cambia tus preguntas
- Consejo #3: Averigüe lo que está evitando
- Consejo #4: Tenga consecuencias apropiadas
- Consejo #5: Reconozca y aprecie la honestidad
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Miremos más de cerca cada uno.
Consejo #1: Modela y mantén la calma
Aunque no siempre es fácil, siempre tenemos que recordar que como padres, nuestros hijos están observando y mirando cada uno de nuestros movimientos. Nuestro trabajo es ser constantemente buenos modelos de vida honesta. Si queremos criar hijos honestos, no podemos modelar lo contrario. Recuerda que los oídos y los ojos de los jóvenes siempre están atentos. Tanto si no corriges al cajero de la hamburguesería que te da demasiado cambio como si te inventas una historia sobre por qué no puedes ser voluntario en la recaudación de fondos del colegio, recuerda que tus acciones son el ejemplo de un comportamiento aceptable.
A continuación, mantén la calma. Enfadarse con tu hijo porque ha mentido o ha hecho algo malo desviará la atención del problema y, en cambio, pondrá el foco en cómo estás reaccionando a lo que ha hecho. ¿Estás seguro de que tu hijo te ha mentido? Antes de enfrentarte a él, ve a tu lugar feliz, cuenta hasta 10 y mantén la calma. Una vez que seas capaz de hablar con él de forma calmada, ahora puedes abordar la situación. Si a tus hijos les preocupa que les castiguen o les griten cuando metan la pata, no se sentirán seguros diciéndote la verdad.
Consejo #2: Cambia tus preguntas
No le des a tu hijo la oportunidad de mentir haciéndole preguntas cuya respuesta ya conoces. Por ejemplo, en lugar de preguntarle: «¿Has sacado a pasear al perro cuando has llegado del colegio?», pruebe con: «¿Piensas pasear a Buster justo antes de hacer los deberes o justo después de cenar?» Si su hijo aún no ha paseado al perro, puede salvar la cara centrándose en un plan de acción en lugar de inventar una historia.