El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una condición mental definida por pensamientos y creencias obsesivas que inducen a la ansiedad, y los comportamientos que se realizan compulsivamente para aliviar las obsesiones. Dado que este comportamiento acaba aumentando la ansiedad del individuo en lugar de calmarla, tanto los pensamientos obsesivos como las acciones compulsivas que definen el TOC acaban amplificándose mutuamente, por lo que es necesario un tratamiento que pueda ofrecer al individuo que sufre el TOC un alivio de los síntomas. Actualmente existen varias formas de tratamiento establecidas para el TOC, y cada una de ellas ofrece su propio nivel de eficacia y posibles efectos secundarios. Se recomienda consultar con su médico para encontrar el tratamiento que mejor se adapte a sus síntomas y necesidades.
TMS profunda: la estimulación magnética transcraneal profunda (dTMS) es un curso de tratamiento único que utiliza campos magnéticos para llegar de forma segura, eficaz y no invasiva a las estructuras cerebrales asociadas con las condiciones de salud mental.
La TMS profunda ha sido autorizada por la FDA para tratar el TOC desde 2018, debido a su capacidad para ofrecer un alivio sustancial a quienes luchan contra esta condición. Este hallazgo fue confirmado por un estudio clínico multicéntrico y controlado por simulacros de 2019 publicado en el American Journal of Psychiatry, que determinó que la EMTD alivia de forma eficaz y segura los síntomas del TOC, incluso entre aquellos pacientes que no habían mejorado lo suficiente con la medicación o la terapia.
Como forma de terapia no invasiva, la EMTD no requiere anestesia, puede incorporarse a la rutina diaria de los individuos y no causa efectos secundarios duraderos o significativos.
Terapia cognitiva conductual: La TCC es una forma de terapia conversacional que se considera un tratamiento de primera línea para el TOC. Bajo la dirección de un profesional de la salud mental capacitado, la TCC se centra en los pensamientos, los sentimientos, los comportamientos y las reacciones físicas implicadas en el TOC. Esto se hace en un esfuerzo por familiarizar al paciente con las diferentes facetas de la condición y ayudar gradualmente a aliviar sus síntomas.
A lo largo de los años, varios tipos diferentes de terapia se han ramificado de la TCC para ofrecer a los pacientes con TOC un mayor alivio de los síntomas. Entre ellas destaca la terapia de aceptación y compromiso (ACT): La TCA promueve la apertura y la flexibilidad a la hora de reaccionar ante los síntomas del TOC, ya que el terapeuta ayuda al paciente a definir y seguir un compromiso con su propio bienestar.
La terapia de exposición y respuesta (EPR) es una forma adicional de terapia que se ha descubierto que trata eficazmente el TOC. La EPR ayuda al paciente a superar su TOC exponiéndolo gradualmente a los estímulos que asocia con la ansiedad que induce el TOC. Se anima al paciente a abstenerse de reaccionar a los estímulos de forma obligatoria y, con el tiempo, se acostumbra a manejar el comportamiento relacionado con el TOC que provoca ansiedad.
Picofarmacología: La medicación es otra forma de terapia que a menudo se considera un curso de tratamiento de primera línea para el TOC. La FDA ha aprobado varios inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como los medicamentos de marca Prozac y Zoloft, así como un antidepresivo tricíclico (ATC) para tratar la enfermedad, siendo los ISRS la clase de medicación más recetada.
Aunque muchos pacientes que luchan contra los síntomas del TOC dan fe del alivio que les ha proporcionado la psicofarmacología, muchos también experimentan una serie de efectos secundarios, y pueden decidir interrumpir esta forma de tratamiento debido a su gravedad.
Terapia psicodinámica: Otra forma de terapia que se ha descubierto que ofrece cierto alivio a los pacientes con TOC es la psicodinámica. Este tratamiento explora las relaciones y los acontecimientos que, entre otras características de su vida, son fundamentales para el sentido de sí mismo del paciente, su visión del mundo y su narrativa personal. A continuación, se examinan estos elementos en relación con los síntomas adversos del TOC que están experimentando, en un esfuerzo por comprender las razones más profundas que subyacen a las formas de responder a la ansiedad que su condición produce en ellos. Con el tiempo, se espera que el paciente sea capaz de dejar de responder automáticamente a su ansiedad inducida, y que reacciones más flexibles, pacificadoras y beneficiosas tomen su lugar.
Cirugía y otros tratamientos invasivos
A pesar de las opciones mencionadas anteriormente disponibles para aquellos que luchan contra el TOC, algunos pacientes no experimentan alivio con los tratamientos de primera línea o no invasivos. En consecuencia, los profesionales sanitarios que tratan a los pacientes resistentes al tratamiento pueden ofrecerles opciones neuroquirúrgicas.
Estudios recientes que se basan en diferentes métodos de lesión neurológica han demostrado cierto nivel de eficacia para aliviar los síntomas del TOC entre los pacientes resistentes al tratamiento. Estos métodos incluyen las lesiones coagulativas con bisturí de rayos gamma, la implantación de semillas radiactivas que provocan ablaciones locales y la craneotomía estándar. Las opciones neuroquirúrgicas ablativas se centran siempre en el circuito cortico-estriado-talamo-cortical del cerebro, que se cree que se vuelve hiperactivo en los pacientes que se enfrentan al TOC.
Además de la invasividad y el periodo de recuperación necesario tras estos procedimientos, hay que señalar que los estudios que examinan estas técnicas se basan normalmente en ensayos abiertos con un número limitado de pacientes. Como resultado, su eficacia entre la población general del TOC aún no se ha establecido, y requiere que estudios más amplios y ciegos determinen su eficacia para aliviar los síntomas del TOC.