¿Eres de los que han sucumbido a la trampa de la mentalidad de víctima? Pregúntese, cuando suceden cosas malas, ¿se responsabiliza de ellas o culpa al mundo?
Si es lo segundo, es probable que lo haya hecho. Cuando ocurren desafíos en la vida, es fácil dejar que tus emociones se apoderen de ti y asumir que el mundo va a por ti.
Está bien tener una fiesta de lástima de vez en cuando. Sin embargo, si se te va de las manos, es fácil empezar a tambalearse en el victimismo.
Es imposible ser el conductor de tu vida si todo lo que haces es jugar la carta de la víctima. En mi opinión, esta es la forma más rápida de perder tu poder. Tienes dos opciones: creer que la vida te sucede a ti o para ti.
¿Qué es una mentalidad de víctima?
Las personas que tienen una mentalidad de víctima creen que la vida les sucede a ellos en lugar de para ellos. Como resultado, se apresuran a sentirse víctimas cuando algo no sale como lo habían planeado.
La mentalidad de víctima es un es un rasgo de personalidad adquirido en el que una persona tiende a reconocer o considerarse víctima de las acciones negativas de los demás.
En el fondo, la mentalidad de víctima es una forma de evasión. Es una forma de decir: «Me niego a asumir cualquier responsabilidad por mí mismo o por mi vida».
Como resultado, puedes evitar salir de tu zona de confort, tomar decisiones difíciles o hacer cualquier cosa para mejorar el estado de tu vida. En resumen, te quedas atascado y paralizado por el miedo. Creo que todos estamos de acuerdo en que esto suena como un mal lugar para estar.
Steve Maraboli lo dijo mejor,
«La mentalidad de víctima te hará bailar con el diablo, y luego se quejará de que estás en el infierno.»
Desgraciadamente, la adopción de esta mentalidad tiene una gran recompensa. Se le da el espacio para tener una fiesta de lástima, para ignorar las emociones desordenadas, y para obtener la simpatía de los demás.
Sólo cuando usted está listo para cambiar su perspectiva y ver los acontecimientos de su vida como totalmente en su control que usted puede dar un paso en su poder.
¿Cómo sé si tengo una mentalidad de víctima?
Veamos cuatro señales de que tienes una mentalidad de víctima y encontremos formas de liberarte de ella.
1. Catastrofizas todos tus problemas
Las personas que catastrofizan los problemas siempre piensan lo peor. Catastrofizar tus problemas es cuando te permites creer que hasta los más pequeños inconvenientes son el fin del mundo.
Si siempre asumes que va a pasar lo peor, el Universo te escuchará y te dará precisamente lo que estás pidiendo. La próxima vez que te sorprendas pensando en lo horrible que es algo trabaja para poner tu experiencia en perspectiva.
Pregúntate: «¿Qué es lo peor que podría pasar?». Esto te ayudará a recordar que el resultado puede no ser tan malo como esperas.
2. Te sientes impotente
Una de las cosas más difíciles de manejar cuando vives con una mentalidad de víctima es sentirte impotente. Cuando suceden cosas malas, es fácil sentir que no tienes control sobre la situación.
Cuando te encuentres en una de estas situaciones, céntrate en las cosas que puedes cambiar. Encontrar algo que puedas controlar puede ayudarte a sentir que tienes algo de tu poder de vuelta, y eso es un gran paso.
Otra forma de liberarte de la sensación de impotencia es practicar el decir «no». Está bien poner tus propias necesidades en primer lugar.
3. Te dedicas a la autoconversación negativa
La duda sobre ti mismo está íntimamente relacionada con el victimismo. Una vez que alguien cae en la mentalidad de víctima, subconscientemente autosaboteará sus mejores esfuerzos para que sean congruentes con su mente consciente.
Si crees que no eres digno, siempre sentirás que el mundo va a por ti. Las creencias destructivas alimentarán el comportamiento de víctima, hasta el punto de que menospreciarte se convierta en una norma.
4. Crees que el mundo va a por ti
Si sientes que el mundo está constantemente tratando de hacerte daño o de hacerte desgraciado, sabes que has entrado en una espiral de victimismo. La vida no va a por ti. De hecho, siempre está tratando de trabajar a tu favor si eliges adoptar una mentalidad de crecimiento.
A veces sucederán cosas en la vida que están fuera de tu control. Es tu trabajo decidir cómo vas a responder a esos eventos. Cuando empiezas a ver los retos como oportunidades de crecimiento, de repente, empiezas a notar que la vida te obliga a subir de nivel, lo cual es una bendición disfrazada.
¿Cómo dejar la mentalidad de víctima?
El primer paso para salir de la mentalidad de víctima es entender y aceptar que la tienes.
El siguiente paso es cambiar tus pensamientos de sentirte como una víctima a darte cuenta de que eres un superviviente. Es increíblemente liberador cuando te das cuenta de que ya no eres una víctima de las circunstancias de tu vida.
Si quieres ser un verdadero superviviente, tienes que centrar tu atención menos en la seguridad y la protección, y más en el desarrollo de creencias positivas en ti mismo.
Los supervivientes saben que son los directores generales de sus vidas, lo que significa que asumen toda la responsabilidad de todo lo que sucede, tanto lo bueno como lo malo. Además, en lugar de ver el mundo a través de una lente en blanco y negro, los supervivientes están abiertos a nuevas formas de pensar y de comportarse si eso apoya su crecimiento y evolución.
1. Identificar y desafiar las creencias limitantes
Las creencias son percepciones condicionadas que se construyen sobre viejos recuerdos de dolor y placer. Estos recuerdos se basan en la forma en que hemos interpretado y emocionalizado nuestras experiencias a lo largo del tiempo.
Si estas creencias son desempoderadoras por naturaleza, conducen al autosabotaje y a un sentimiento de impotencia. Si quieres dejar de ser una víctima, primero tienes que identificar la voz interior crítica que creó los sentimientos de victimismo e injusticia.
¿Cuándo tomaron forma por primera vez en tu vida los sentimientos de autocompasión, baja autoeficacia y falsa culpa?
La mentalidad de víctima suele remontarse a la propia infancia, como un mecanismo de supervivencia o como un comportamiento aprendido que observamos de nuestros padres.
Cuando empiezas a entender por qué te sientes así, asumes la responsabilidad de los pensamientos y te das cuenta de que tienes el poder de cambiar y cambiar la narrativa de víctima a vencedor.
2. Asume la responsabilidad de tu vida
Cuando asumes la responsabilidad de tu vida, te haces dueño de tus pensamientos, sentimientos y acciones. Diseñas la vida en tus términos porque sabes que tienes el poder de crear tu realidad.
El momento en que dejas de culpar al mundo es el momento en que pasas de víctima a vencedor. De repente, la vida empieza a funcionar a tu favor porque eliges aparecer por ti mismo.
3. Adopta una actitud de gratitud
El victimismo se basa en un sentimiento de «carencia» como si nunca hubiera suficiente de algo. Lo contrario de la «carencia» es la «abundancia», que es donde entra en juego la gratitud.
La forma más rápida de dejar de ser una víctima es adoptar una actitud de gratitud. Acostúmbrate a preguntarte: «¿Por qué estoy agradecido hoy?»
La gratitud es simplemente el reconocimiento consciente de lo que te produce alegría en el momento presente.
Cuando dejas de obsesionarte con tus cosas y miras el panorama general, empiezas a darte cuenta de lo afortunado que eres en realidad.
Echa un vistazo a estas 40 formas sencillas de practicar la gratitud.
4. Piensa en positivo
El victimismo se nutre de pensamientos negativos. La mejor manera de pasar de víctima a vencedor es cambiar tu forma de pensar. En lugar de buscar lo malo en algo, encuentra el lado bueno en medio de cada desafío.
Tus pensamientos crean tu realidad. Cuando empiezas a centrarte en lo bueno, atraes más cosas positivas a tu vida.
Ese es el momento en el que te abrirás a vivir una vida abundante de crecimiento y cambio positivo que tiene el potencial de transformar tu vida.
En palabras de Martin Seligman,
«El optimismo es muy valioso para una vida con sentido. Con una firme creencia en un futuro positivo, puedes reorientar tu vida hacia lo que es más importante.»
Pensamientos finales
Si estás cansado de hacerte la víctima, decide que estás preparado para convertirte en el dueño de tu vida y luego actúa en consecuencia. Eres capaz de hacer grandes cosas si crees en ti mismo y actúas según tus creencias. Ahora es el momento de recuperar el control de tu vida. Estás preparado?
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