Aunque la temporada de estática se limita generalmente a los secos y fríos meses de invierno, es posible recibir descargas de estática durante todo el año, especialmente en una habitación con aire acondicionado. Si la mera idea de recibir una descarga estática hace que una incómoda ola de electricidad estática no literal le recorra las venas, debería tener bajo la manga algunos consejos y trucos para evitar recibir una descarga estática, porque sí, se puede evitar.
Para simplificar el complejísimo tema de la electricidad estática: se produce cuando dos superficies diferentes se frotan, su carga puede cambiar. Según Sciencing.com, ciertos materiales como el vidrio, el pelo y los tejidos (como el poliéster y el satén) «ceden electrones fácilmente». Esto significa que cuando experimentan fricción, es decir, cuando se frotan, los electrones se mueven de un átomo a otro. Cuando esto ocurre, algunos átomos obtienen electrones adicionales que les dan una carga negativa. Otros átomos pierden electrones, lo que les da una carga positiva. El acto de separar y mover «cargas» de esta manera es lo que conocemos como electricidad estática.
Cuando dos cosas tienen la misma carga, se vuelven repelentes. Un buen ejemplo de esto es cuando se frota un globo en el pelo, y los mechones individuales de pelo se levantan, y se alejan el uno del otro. Eso es porque tienen la misma carga y se repelen. Se levantan para, literalmente, alejarse lo más posible de tus otros cabellos.
Si andas con un exceso de electrones, cuando tocas un metal (como el pomo de una puerta) que tiene una falta de electrones, recibirás una descarga. Esto ocurre porque los electrones sobrantes se desplazan de ti al pomo, como un cable. Esa pequeña descarga que sientes es en realidad la electricidad estática que sale de ti y cae en el pomo de la puerta. Este proceso también puede ocurrir cuando tienes una falta de electrones y la superficie que tocas tiene un exceso de electrones. Aunque una descarga estática puede ser lo suficientemente intensa como para quemarte o lo suficientemente suave como para apenas hacerte cosquillas en la piel, la mayoría de la gente odia la sensación. Si ese es tu caso, aquí tienes unos sencillos consejos y trucos para mantenerte a salvo de la electricidad estática:
Usa un humidificador
Manteniendo la humedad de tu casa entre el 40 y el 50 por ciento, puedes reducir seriamente la posibilidad de estar expuesto a la electricidad estática.
Usa zapatos con suela de cuero
Los zapatos con suela de goma funcionan como aislantes, lo que significa que acaban guardando mucha electricidad acumulada en el cuerpo. El cuero es una superficie mucho más porosa, por lo que al caminar no sólo estarás recogiendo electrones, sino también liberándolos, manteniendo tu carga más equilibrada.
Evita la lana
Aunque la lana pueda parecer seca, en realidad está compuesta por mucha agua, que puede actuar como conductora y se convierte en un serio foco de electricidad estática. Si no soportas recibir una descarga, evítala a toda costa en invierno y opta por el algodón.
Evita el carrito de la compra
Si alguna vez has notado que después de andar un rato por el supermercado, tu carro de la compra parece estar poseído por la electricidad, es algo real. Los carros de la compra de metal acumulan electricidad cuando los empujas, de modo que cuando los tocas con la piel desnuda, te dan una descarga bastante notable. Utilizar una cesta o un carrito de plástico es la forma más eficaz de evitar el traumatismo de la tienda de comestibles. .