Qué hacer después de avergonzarte en público como profesional
Hice el ridículo en Instagram. Lo hice, amigos. No podéis decirme que no lo hice. No voy a escuchar. Me niego. Fui un completo imbécil y todavía estoy avergonzado por ello. Cómo me avergoncé en público Estaba desplazándome por Instagram, mentalizado de lo bien que lo estaban haciendo mis amigos jefes en este viernes en particular. Entonces, me topé con una compañera escritora con la que realmente quiero ser compañera online. Acababa de superar su objetivo de 300 seguidores y había publicado una captura de pantalla para celebrar el logro. Como todo buen aspirante a amigo, la felicité. Y luego la llamé por el nombre equivocado. Lo que hice después El tono de rojo que adquirí cuando me lo señaló fue menos de rubor y más de ladrillo. Fue lo…