El autismo se caracteriza por la alteración de la capacidad del individuo de comunicarse y entablar relaciones sociales, y por la existencia de comportamientos repetitivos. Este trastorno neurológico se manifiesta en 1 de cada 100 nacimientos.
Es una condición compleja que afecta al desarrollo del niño, suele ser diagnosticado alrededor de los 3 años, y no existen diferencias en cuanto a su aparición en las distintas culturas o clases sociales. Es más común en niños que en niñas. y según el DSM-V pertenece al trastorno del espectro autista (TEA).
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Señales para detectar el Autismo
Cada individuo con autismo experimenta los síntomas de manera distinta y con diferente grado de gravedad. Sin embargo, las 10 señales y síntomas siguientes son consideradas como los síntomas de alerta de autismo en niños:
Desconexión con los demás
Los niños con autismo suelen mostrarse distantes o desconectados con lo seres queridos (padres, hermanos,etc.). Por ejemplo, puede parecer que no presentan conexión emocional a estas personas y no entienden la diferencia entre señales faciales. En otras palabras, los niños con autismo a menudo no reaccionan de manera diferente frente a un un ceño fruncido o una sonrisa de otra persona.
Los estudios llevados a cabo respecto a este trastorno indican que las personas con autismo no consiguen formular una explicación al pensamiento o la conducta de los demás. es decir, presentan un déficit en la teoría de la mente. La teoría de la mente se refiere a la capacidad de ponerse en el lugar del otro.
La aparente falta de empatía
Otra característica común de los niños con autismo y que también tiene que ver con la teoría de la mente, es que tienen dificultades empatizando con los demás. A pesar de que la falta de empatía puede ser difícil de detectar y evaluar en los bebés y niños pequeños con eficacia, hay señales específicas que muestran la falta de capacidad para empatizar.
Los niños autistas parecen tener dificultad para comprender o apreciar las situaciones desde la perspectiva de otras personas. Esto se debe a que piensan que todo el mundo entiende el mundo como lo hacen, lo que puede causar confusión o la imposibilidad de prever o comprender las acciones de los demás.
Se muestran indiferentes ante las interacciones sociales
La gran mayoría de niños son muy sociables de manera natural. Sin embargo, los niños con autismo no pasan tiempo mirando las caras de los demás, respondiendo al oír su nombre, imitando las expresiones faciales de otros, o cogiendo las manos de otros durante el juego. En cambio, los niños con autismo a menudo no parecen muy interesados en participar en juegos y actividades normales del desarrollo infantil, incluyendo la socialización e imitación de otras personas.
Estas señales comienzan a manifestarse a los 18 meses de edad, y a medida que la socialización con los demás continúa, los síntomas pueden ser más notables. Por ejemplo, a los 3 años de edad, los niños normales suelen querer jugar con juguetes con otros niños. Los niños autistas, en cambio, prefieren jugar solos.
Presencia de estallidos emocionales
En algunos casos, los niños con autismo pueden mostrar reacciones emocionales desproporcionadas en situaciones aparentemente normales. Por ejemplo, rabietas inapropiadas para el contexto o un comportamiento físicamente agresivo hacia sí mismos (por ejemplo, golpearse la cabeza), sus padres, hermanos u otros.
Pueden parecen incapaces de controlar sus emociones y las respuestas físicas, especialmente cuando se encuentran en situaciones nuevas, extrañas, o estresantes. Los padres deben controlar cuidadosamente las respuestas sociales de sus hijos a lo largo de su desarrollo, y familiarizarse con los momentos importantes y las expectativas de comportamiento que un niño debe mostrar cuando él o ella llega a una cierta edad. Aunque es relativamente poco frecuente, este tipo de arrebatos emocionales deben tenerse en cuenta y mencionarse a un especialista, pues puede ayudar a realizar un diagnóstico correcto.
Retraso en el desarrollo del lenguaje
A los 2 años de edad, la mayoría de los bebés empiezan a balbucear o imitar el lenguaje de aquellos que interactúan con ellos, y pronunciar una sola palabra cuando apuntan a un objeto o tratan de llamar la atención de sus padres.
Sin embargo, los niños con autismo no comienzan a balbucear o hablar hasta mucho más tarde. De hecho, algunos no comienzan a mostrar habilidades lingüísticas significativas hasta que empiezan a trabajar con un logopeda.
6. Propensos a la comunicación no verbal
Debido al hecho de que los niños autistas no desarrollan habilidades de comunicación verbal al mismo tiempo que los niños normales, pueden mostrar una propensión a la comunicación no verbal.
Por ejemplo, pueden recurrir a medios visuales o físicos de la comunicación, tales como dibujos o gestos para hacer peticiones o participar en un diálogo de ida y vuelta. Otro signo revelador del autismo es que los niños pueden mostrar un retroceso en sus habilidades verbales; por ejemplo, pueden perder vocabulario.
Dificultad para entender las expresiones figurativas
A menudo, los niños con autismo también tienen problemas para entender que la gente a veces se expresa en sentido figurado. Como se ha dicho, no obtienen ningún significado secundario partir de la actitud o las expresiones faciales, ni detectan señales de comunicación en función del tono de voz; por ejemplo, no distinguen un tono de voz feliz de un tono de voz triste o de enfado.
Otro síntoma relacionado es que los niños autistas tienden a tener más problemas para distinguir entre lo que es real y lo que es ficción. Curiosamente, los niños autistas pueden ser imaginativamente muy vivos, y algunos parecen preferir habitar en sus propios mundos imaginarios.
Muestran conductas repetitivas
Los individuos con autismo son más propensos a mostrar comportamientos repetitivos.
Por ejemplo, pueden organizar y reorganizar el mismo grupo de objetos, hacia adelante y atrás durante períodos prolongados de tiempo o repetir la misma palabra o frase de forma obsesiva. Este es uno de los síntomas más fácilmente identificables.
Presentan Pica
El Síndrome Pica está asociado al autismo ya que el 30% de los niños con con este trastorno también presentan Pica.
Este comportamiento se caracteriza porque los niños ingieren sustancias que no son nutritivas, como tierra, piedras, papel o sustancias biológicas. Aunque el Pica puede verse también en otros niños de temprana edad, los individuos con autismo continúan realizando esta práctica a edades más avanzadas.
Sensibilidad a estímulos externos
La sensibilidad a los estímulos externos es otra señal de advertencia temprana de autismo. Por ejemplo, los individuos autistas pueden estresarse o agitarse cuando se expone a ruidos específicos, luces brillantes, olores o gustos particulares, y algunos niños autistas puede evitar ciertos colores, ropa, sonidos, luces o áreas de la casa, sin razón aparente.
Ahora bien, también pueden llegar a ser extremadamente sensibles a ciertos estímulos, y van a insistir en el uso de determinadas prendas de vestir o colores, habitaciones con luces brillantes o sonidos fuertes, y disfrutar al tocar o jugar con partes específicas del cuerpo. Muchos niños autistas también presentan estrés emocional cuando se les priva de sus estímulos preferidos.