«Los murciélagos son especialistas en acústica», afirma Inga Geipel, becaria posdoctoral de Tupper en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales de Panamá. «Son activos por la noche y dependen del sonido para navegar por su entorno y encontrar comida. Cuando oyen el sonido de la lluvia al atardecer, deciden quedarse dentro de sus dormideros durante más tiempo».

Los murciélagos tienen buenas razones para no querer salir bajo la lluvia, ya que los murciélagos mojados gastan más energía al volar. Además, la lluvia también podría tener un fuerte impacto en la capacidad de los murciélagos para navegar y encontrar comida a través del sonido. El ruido de la lluvia podría enmascarar los sonidos de las presas o atascar el sistema de ecolocalización de los murciélagos cazadores.

Geipel y sus colegas investigaron el efecto del ruido de la lluvia en la toma de decisiones de los murciélagos. Estudiaron dos especies diferentes de murciélagos: el murciélago orejudo común (Micronycteris microtis), que atrapa insectos de las hojas y otras superficies del sotobosque de los bosques, y el murciélago mastín de Pallas (Molossus molossus), que caza insectos al vuelo en espacios abiertos.

«Nos preguntamos si los murciélagos permanecen más tiempo en la seguridad de sus dormideros durante las tormentas de lluvia y si el ruido les informaría de las precipitaciones en el exterior», dijo Geipel.

Para probar sus ideas, Geipel y su equipo colocaron un altavoz cerca de las entradas de los dormideros de murciélagos y emitieron grabaciones de fuertes aguaceros. Simultáneamente, grabaron en vídeo las respuestas de los murciélagos. A modo de comparación, también reprodujeron grabaciones de sonidos forestales normales. Ambas especies retrasaron su salida de los dormideros cuando escucharon el sonido de la lluvia.

Los científicos también observaron que los murciélagos orejudos entraban y salían rápidamente de sus dormideros en breves «vuelos de exploración», probablemente destinados a recoger información directa sobre las condiciones ambientales.

«A menudo se piensa que el ruido es una molestia con consecuencias negativas», dijo Geipel. «Pero a través de este estudio demostramos que el ruido puede utilizarse realmente como una señal informativa destacada. Puede proporcionar a los individuos información importante sobre su entorno y sobre cuándo es seguro cazar».

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