Síndrome de Wobbler

El síndrome de Wobbler es un problema neurológico que afecta a la médula espinal cervical (cuello) y que ha recibido varios nombres como mielopatía estenótica cervical, espondilomielopatía cervical caudal y síndrome de malarticulación/malformación cervical.

Síntomas

Los signos consistentes con esta enfermedad incluyen dolor de cuello, rozaduras en las uñas, tropiezos, incoordinación (ataxia), dificultad para levantarse y dificultad para caminar. A menudo, los signos comienzan en las patas traseras y progresan hasta afectar a las delanteras. En algunos casos, los perros se ven afectados rápidamente y se vuelven incapaces de caminar tras un ejercicio aparentemente normal o un traumatismo inocuo.

Diagnóstico

La causa del síndrome de wobbler no se conoce del todo y es probable que implique muchos factores, como la genética, la nutrición, la conformación y el ritmo de crecimiento.

Se han utilizado dos categorías distintas para destacar las diferencias en ciertas características clínicas. Una forma de perro joven, a veces denominada síndrome de bamboleo de tipo I, afecta a grandes daneses, mastines y otras razas gigantes. Estos perros suelen verse afectados al principio de su vida (entre 4 y 12 meses de edad), pero pueden no mostrar signos hasta más tarde.

Una forma de mediana edad, el llamado síndrome de wobbler «asociado al disco» o tipo II, afecta a razas grandes como el Doberman Pinscher y el Perro de Montaña de Berna. Por lo general, los perros desarrollan signos a principios o mediados de la edad adulta (4 – 9 años), pero ocasionalmente presentan signos antes.

El diagnóstico se basa en las características clínicas y en el diagnóstico por imagen, como la resonancia magnética (RM) y la tomografía computarizada (TC).

Tratamiento

Actualmente no existe un consenso entre los veterinarios sobre el tratamiento óptimo para los perros con síndrome de wobbler.

En general, los objetivos del tratamiento incluyen controlar el dolor, reducir la inflamación y aliviar la compresión de la médula espinal y los nervios. Para los perros levemente afectados y los que no pueden someterse a la cirugía, se instituye un tratamiento médico. Esto puede incluir medicación para el dolor, reducción de la actividad y medicación antiinflamatoria.

Los perros con signos más graves o que tienen signos que no responden a la terapia médica son candidatos a la cirugía. Los objetivos quirúrgicos incluyen la descompresión de la médula espinal y las raíces nerviosas y, en algunos casos, la distracción y la fusión («fusión espinal») de las vértebras afectadas. Dependiendo de los detalles de un caso, se pueden utilizar varios tipos de métodos de estabilización.

Cuidados postoperatorios

En algunas situaciones, se utilizan implantes de titanio para permitir el seguimiento postoperatorio mediante resonancia magnética que impide el material tradicional de acero inoxidable.

Los casos se evalúan de forma individual para determinar un plan de tratamiento adecuado. El pronóstico depende en gran medida de la gravedad de los signos clínicos, el grado de compresión de la médula espinal y la cronicidad (tiempo transcurrido desde el inicio de la enfermedad).

Razas más frecuentemente afectadas

  • Gran Danés
  • Mastín
  • San Bernardo
  • Weimaraner
  • Doberman pinscher
  • Perro pastor alemán
  • Dálmata

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