Los excrementos de los ratones indican las áreas donde los ratones son más activos. Miden aproximadamente de 3 a 6 mm de longitud, tienen forma granulada y son de color negro. Los excrementos de los ratones suelen confundirse con los de las cucarachas o las ratas.
Los excrementos de los ratones se concentran cerca de las zonas de cría y anidación, aunque también pueden verse en otras zonas de la casa de vez en cuando. Los excrementos también están presentes cerca de los objetos que han sido destruidos por los ratones durante el proceso de anidación. Pueden encontrarse en cajas de cartón masticadas, cajones invadidos y cerca del cableado eléctrico dañado.
Estos excrementos pueden ser portadores de bacterias, enfermedades y virus dañinos y no deben ser manipulados sin el uso de guantes protectores y un respirador aprobado por la OSHA y cartuchos que funcionen. El hantavirus se contrae por la inhalación de partículas de heces contaminadas, así como por la inhalación o ingestión de la saliva u orina de un ratón infectado. Los excrementos alterados son más propensos a emitir partículas de virus, por lo que no es aconsejable barrer o aspirar las zonas donde se han encontrado excrementos. En su lugar, los excrementos deben recogerse con cuidado y desecharse en bolsas de plástico.