La terapia de reemplazo de la hormona del crecimiento (GHRT) utilizando la hormona del crecimiento humana recombinante (rhGH) ha sido adoptada por muchos profesionales de la gestión de la edad como uno de los métodos más eficaces para oponerse a la senescencia somática actualmente disponible. Sin embargo, su uso rutinario ha sido controvertido porque se han realizado pocos estudios clínicos para determinar los riesgos potenciales de la terapia a largo plazo. Además, algunas cuestiones médicas y legales no se han resuelto, por lo que algunos profesionales restringen su uso. Algunas de estas cuestiones incluyen el hecho de que:

  • La dosificación inadecuada puede provocar efectos secundarios que pueden ser graves en algunos pacientes,

  • La inyección de hGH crea condiciones no naturales de exposición a la hormona que pueden erosionar la fisiología normal,

  • El Código de Reglamentos Federales prohíbe específicamente el uso de la rhGH en adultos, excepto para el tratamiento del SIDA o de la deficiencia de la hormona del crecimiento humano (GHD) diagnosticada de acuerdo con las directrices regularmente aceptadas.

  • Aunque existe una gran cantidad de información que demuestra que la administración a largo plazo de rhGH reduce la enfermedad intrínseca y prolonga la vida en adultos que sufren GHD patógena, no se ha llegado a un consenso sobre si la extrapolación de esos datos a la condición de envejecimiento está justificada (Perls et al 2005). La mayoría de las principales preocupaciones se derivan del hecho de que la rhGH es mitógena y puede despertar cánceres latentes, de que una selección de dosis inadecuada puede promover trastornos metabólicos como la diabetes, y quizá de que la presentación farmacológica puede exacerbar el declive de la función endocrina al distorsionar las interacciones hormonales esenciales. Por supuesto, todas estas preocupaciones son especulativas y no se resolverán hasta que se acumulen suficientes pruebas científicas a favor o en contra de la TRHG. Mientras tanto, se seguirá debatiendo el valor de la rhGH en la GHRT; desgraciadamente, basándose más en prejuicios personales que en información objetiva.

    A pesar del resultado final del «Gran Debate Hormonal», como se ha titulado en los artículos de los medios de comunicación (Landsmann 2006), no se pueden discutir ciertos aspectos negativos de la GHRT que utiliza rhGH y que justifican la búsqueda de una alternativa mejor. Por ejemplo, no se puede evitar la «onda cuadrada» o la presentación farmacológica de la hormona exógena, ya que se administra como un bolo, una inyección subcutánea. Dado que la cantidad de rhGH que entra en la circulación general no está controlada por los mecanismos normales de retroalimentación, la exposición de los tejidos a concentraciones elevadas es persistente y, con el tiempo, puede provocar taquifilaxia y una eficacia reducida. Además, dado que el organismo no puede modular la exposición tisular a la rhGH, el médico tiene que «adivinar» la dosis adecuada basándose en poco más que las mediciones séricas del factor de crecimiento similar a la insulina-1 (IGF-1) y los comentarios subjetivos del paciente sobre las respuestas percibidas a la hormona. Por lo tanto, parece que un método(s) alternativo(s) de GHRT que evitara(n) estos problemas sería de gran valor siempre que mantuviera(n) los atributos positivos de la rhGH.

    Una posibilidad que está recibiendo una atención creciente es el uso de secretagogos de GH para promover la salud y la función de la pituitaria durante el envejecimiento. Un ejemplo de este tipo de moléculas es el factor liberador de la hormona del crecimiento 1-29 NH2-acetato, o sermorelina, que recientemente se ha puesto a disposición de los profesionales para su uso en la medicina de la longevidad (Merriam et al 2001). Otras alternativas son los péptidos liberadores de la hormona del crecimiento activos por vía oral que están desarrollando actualmente las empresas farmacéuticas. Se ha informado de que algunos de ellos son eficaces para mejorar el rendimiento físico de las personas mayores (Fahy 2006). Sin embargo, es poco probable que se comercialicen durante varios años. Por otro lado, la sermorelina, un análogo de la hormona liberadora de la hormona del crecimiento (GHRH) de origen natural cuya actividad disminuye durante el envejecimiento, puede ofrecer actualmente una alternativa más inmediata y mejor que la rhGH para la GHRT en el envejecimiento (Russell-Aulet et al 2001). La molécula se produjo y comercializó durante muchos años como alternativa a la rhGH para su uso en niños con retraso del crecimiento, pero no pudo competir con la rhGH y fue retirada como entidad terapéutica por el fabricante. Paradójicamente, la sermorelina fracasó como agente promotor del crecimiento en los niños por la misma razón por la que es una mejor alternativa para la GHRT en los adultos mayores. Los niños con déficit de crecimiento necesitan dosis más altas de hormona de crecimiento que las que se pueden conseguir estimulando la producción de su propia hormona, mientras que los efectos beneficiosos de la sermorelina sobre la función hipofisaria y la simulación de la dinámica de secreción de la hormona de crecimiento juvenil en los adultos que envejecen tienen poco efecto sobre la tasa de crecimiento en los niños. A diferencia de la rhGH exógena que provoca la producción de la hormona bioactiva IGF-1 desde el hígado, la sermorelina simula la propia hipófisis de los pacientes al unirse a receptores específicos para aumentar la producción y secreción de hGH endógena. Debido a que la sermorelina aumenta la hGH endógena mediante la estimulación de la glándula pituitaria, tiene ciertas ventajas fisiológicas y clínicas sobre la hGH que incluyen:

    • Los efectos están regulados por una retroalimentación negativa en la que interviene la neurohormona inhibidora, la somatostatina, de modo que, a diferencia de la administración de rhGH exógena, las sobredosis de hGH endógena son difíciles, si no imposibles de conseguir,

    • Debido a los efectos interactivos de la sermorelina y la somatostatina, la liberación de hGH por parte de la hipófisis es episódica o intermitente en lugar de constante como ocurre con la rhGH inyectada.

    • Se evita la taquifilaxia porque la liberación de hGH hipofisaria inducida por la sermorelina no es de «onda cuadrada», sino que simula una fisiología más normal,

    • La sermorelina estimula la transcripción génica hipofisaria del ARN mensajero de la hGH, aumentando la reserva hipofisaria y preservando así más el eje neuroendocrino de la hormona del crecimiento, que es el primero en fallar durante el envejecimiento (Walker et al 1994).

    • La recrudescencia hipofisaria resultante de la sermorelina ayuda a ralentizar la cascada de fallos hormonales hipofisarios que se producen durante el envejecimiento, preservando así no sólo la anatomía sino también la fisiología juvenil (Villalobos et al 1997).

    • Por último, está la cuestión de la práctica legal. A diferencia de la rhGH, que tiene restricciones legales para su uso clínico, la prescripción de sermorelina fuera de etiqueta no está prohibida por la ley federal. Por lo tanto, puede ser cuidadosamente empleada y evaluada por el profesional para determinar objetivamente si proporciona mayores beneficios con menos riesgo para sus pacientes. En apoyo de este esfuerzo, la Sociedad para la Investigación Aplicada en el Envejecimiento proporcionará sermorelina de forma gratuita sobre una base competitiva a los profesionales dispuestos a estudiar sus efectos en condiciones de protocolo y a informar de los resultados en una revista revisada por pares como Clinical Interventions in Aging. Es de esperar que a través de estos esfuerzos podamos contribuir al desarrollo de un paradigma para la GHRT basada en la evidencia en el manejo clínico de la edad.

      Para más información sobre este esfuerzo y para participar en el protocolo, por favor, póngase en contacto conmoc.sserpevod@nileromres.

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