Presentación

Un elemento importante de la comunicación eficaz es tener un lenguaje compartido o, al menos, una comprensión compartida del significado de las palabras centrales utilizadas en una conversación. Un término que se utiliza a menudo en las discusiones entre pacientes y proveedores médicos, en la literatura académica y en los debates políticos, es «enfermedad crónica». No sólo hay una enorme variación en las enfermedades que se incluyen bajo el término «enfermedad crónica», sino también en el tiempo que una enfermedad debe estar presente para que algo se denomine crónico. Además, hay una tendencia a incluir afecciones crónicas que no son indicadores de enfermedad, sino discapacidades funcionales de larga duración, incluidos los trastornos del desarrollo y la discapacidad visual (1-4).

Dentro de las comunidades profesionales (es decir, médicas, de salud pública, académicas y políticas), hay un gran grado de variación en el uso del término enfermedad crónica. Por ejemplo, los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) clasifican como enfermedades crónicas las siguientes: enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, cáncer, diabetes de tipo 2, obesidad y artritis (5). Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid tienen una lista más amplia de 19 enfermedades crónicas que incluye la enfermedad de Alzheimer, la depresión y el VIH, por nombrar algunas. Esta diferencia, sólo dentro del Departamento de Salud y Servicios Humanos, aunque no es sorprendente para los que están en el campo, tiene el potencial de crear confusión y malentendidos cuando se habla en general sobre el impacto de la enfermedad crónica, el costo de la enfermedad crónica, y las medidas generales para reducir la enfermedad crónica.

La literatura académica no es inmune al mismo tipo de variación de la terminología. Las diferencias en el uso de «enfermedad crónica» dependen en gran medida de los datos utilizados para la investigación y de la disciplina de los autores principales (es decir, salud pública y sociología). Por ejemplo, un estudio, realizado por personas de la Facultad de Medicina de Harvard, exploró la prevalencia de las enfermedades crónicas utilizando los datos de la NHANES (1999-2004). El estudio clasifica como enfermedades crónicas las siguientes: enfermedad cardiovascular, hipertensión, diabetes mellitus, hipercolesterolemia, asma, EPOC y cáncer previo (6). Otro estudio académico sobre enfermedades crónicas, cuyo autor es un geriatra, clasifica las enfermedades crónicas como «afecciones que duran un año o más y que requieren atención médica continua y/o limitan las actividades de la vida diaria» (7). La implicación de un uso no uniforme del término es que es necesaria una lectura detallada de cada estudio para evitar conclusiones erróneas respecto a las intervenciones necesarias para reducir la carga de la enfermedad crónica para el individuo y la sociedad.

Las fuentes de Internet más populares utilizadas por el público en general para recabar información médica utilizan los términos «enfermedad crónica» o «afección crónica» para significar cosas ligeramente diferentes. Por ejemplo, MedicineNet describe una enfermedad crónica como,

una que dura 3 meses o más, según la definición del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de Estados Unidos. Las enfermedades crónicas, por lo general, no pueden prevenirse con vacunas ni curarse con medicamentos, ni tampoco desaparecen sin más (8).

Según Wikipedia, una condición crónica es,

una condición de salud humana o una enfermedad que es persistente o de otra manera duradera en sus efectos o una enfermedad que viene con el tiempo. El término crónico suele aplicarse cuando el curso de la enfermedad dura más de tres meses. Las enfermedades crónicas más comunes son la artritis, el asma, el cáncer, la EPOC, la diabetes y las enfermedades víricas como la hepatitis C y el VIH/SIDA (9).

Por último, la Organización Mundial de la Salud afirma que las enfermedades crónicas,

no se transmiten de persona a persona. Son de larga duración y generalmente de progresión lenta. Los cuatro tipos principales… son las enfermedades cardiovasculares (como los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares), los cánceres, las enfermedades respiratorias crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el asma) y la diabetes (10).

La descripción de las enfermedades crónicas de los CDC omite las afecciones respiratorias crónicas, como la EPOC y el asma, y no menciona la duración de la enfermedad ni los síntomas. La definición de MedicineNet no enumera enfermedades específicas, pero sí incluye la frase «no se puede curar con medicamentos.» Al igual que MedicineNet, Wikipedia utiliza el lapso de 3 meses como marcador, pero sí enumera enfermedades específicas, incluido el VIH. La definición de la OMS eliminaría el VIH como enfermedad crónica, ya que el virus «se transmite de persona a persona»

La variación de significado se amplía cuando se observa en un contexto internacional. Por ejemplo, el Instituto Australiano de Salud y Bienestar incluye lo siguiente como características comunes de la enfermedad crónica (11):

  • Causalidad compleja, con múltiples factores que conducen a su aparición

  • Un largo período de desarrollo, para el que puede no haber síntomas

  • Un curso prolongado de la enfermedad, que puede conducir a otras complicaciones de salud

  • Deterioro funcional asociado o discapacidad.

  • En la información del gobierno australiano sobre las enfermedades crónicas destaca la carga de enfermedad de las enfermedades mentales y las enfermedades bucodentales. Ambas afecciones suelen quedar excluidas de la conversación sobre enfermedades crónicas en Estados Unidos (12, 13).

    Dada la difusión mundial de la información médica, la variación de la información pública no sólo es confusa sobre el papel, sino que también tiene implicaciones reales para quienes gestionan enfermedades o afecciones crónicas. Es posible que las recomendaciones para el manejo de enfermedades crónicas sean pasadas por alto por individuos que no saben que la información se aplica a ellos; a la inversa, los individuos pueden usar la recomendación cuando no es aconsejable hacerlo. Por ejemplo, los CDC incluyen el «cáncer» como una enfermedad crónica cuando, en realidad, sólo algunos tipos de cáncer (por ejemplo, el mieloma múltiple) pueden considerarse una enfermedad crónica. Otros tipos de cáncer tienen pocas opciones de tratamiento y resultan mortales a corto plazo.

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