Esta semana se acercan las pruebas de baloncesto de mi hijo mayor. Se preocupa mucho por entrar en el equipo y me preguntó qué debería hacer para prepararse. Le sugerí que durmiera y comiera bien antes de las pruebas, lo que quizá no fuera la respuesta novedosa o que le cambiara la vida que estaba buscando. Deduzco que esperaba una bala mágica, algo que hiciera que sus músculos fueran fuertes y flexibles, que le diera energía, que le hiciera descansar bien y que mantuviera el estrés a raya.
Ahora que lo pienso, amigo, puede que haya un mineral mágico que haga todas estas cosas. El magnesio ayuda con la energía, la fuerza muscular, la flexibilidad, el sueño y la gestión del estrés: todo lo que necesitas.
Las pruebas de baloncesto no son ninguna broma. Implican horas de correr, pivotar, usar los músculos de la cabeza a los pies y tener reflejos rápidos. El magnesio contribuye a la flexibilidad y ayuda a prevenir lesiones al aflojar los músculos tensos. Sin suficiente magnesio, los músculos no pueden relajarse adecuadamente, lo que puede provocar calambres. Un nivel bajo de magnesio puede crear una acumulación de ácido láctico, conocido por causar dolor y tensión después del entrenamiento. Además, gran parte de la energía del cuerpo proviene del ATP, una molécula que capta la energía química de los alimentos y la utiliza para alimentar otros procesos del cuerpo. La producción de ATP depende del magnesio.
El magnesio, obviamente, no construirá los músculos del brazo de mi hijo a tiempo para las pruebas, pero sí ayuda al cuerpo a producir más factor de crecimiento similar a la insulina, una parte esencial del crecimiento y la fuerza muscular a largo plazo.
El magnesio ayuda a equilibrar y controlar las hormonas del estrés. En concreto, el magnesio es esencial para la producción de serotonina, responsable de relajar el sistema nervioso y levantar el ánimo. La serotonina también contribuye a un sueño saludable. Una falta de magnesio trastorna el sueño no sólo por su papel en la producción de serotonina, sino también porque derriba la hormona reguladora del sueño, la melatonina.
El magnesio es uno de los electrolitos esenciales necesarios para una hidratación eficiente. Siento decepcionaros, chicos, que esperábais que os recomendara un Gatorade para vuestras pruebas; en su lugar, tenéis que comer alimentos ricos en magnesio y potasio de verdad, y beber mucha agua. Algunas estrellas del magnesio son las verduras de hoja verde, las semillas de calabaza, las semillas de lino, las almendras, los anacardos, las pacanas, las nueces, el arroz integral, el aguacate, las judías, el cacao crudo, el edamame y las algas.
Una sonrisa ganadora no hará que mi hijo consiga un puesto en el equipo de baloncesto, pero quizá le revele como un jugador positivo y con ganas. Un nivel bajo de magnesio deja en la saliva un exceso de calcio y fósforo, lo que puede dañar los dientes y perjudicar esa sonrisa ganadora.
El magnesio también fortalece los huesos, mantiene la salud del corazón, ayuda a prevenir la diabetes regulando el azúcar en la sangre, previene la inflamación y los accidentes cerebrovasculares, potencia la inmunidad, preserva el equilibrio adecuado del PH en el cuerpo y alivia el estreñimiento. Uf. El magnesio podría ser realmente esa bala mágica, ya que desempeña un papel esencial en todas las funciones casi corporales.
De hecho, en la sala de emergencias, el magnesio se considera un medicamento crítico para el corazón de emergencia, el asma, la preeclampsia del embarazo y otras condiciones que amenazan la vida, ya que tiene un efecto relajante y se encuentra en todos los tejidos.
La vida moderna conspira para robar nuestro magnesio. La cafeína, el ácido fosfórico de los refrescos, el exceso de sal, la sudoración extrema, el alcohol, el estrés prolongado, los antibióticos y otros medicamentos drenan nuestro cuerpo de este mineral tan necesario.
Entonces, ¿cómo puede un adolescente, que esté probando en un equipo de baloncesto, o no, obtener la ingesta diaria recomendada de 410 mg de magnesio? Puede comer alimentos como avena para el desayuno; un burrito de arroz integral, frijoles negros y aguacate para el almuerzo; un plátano con mantequilla de almendras como merienda; y pollo asado, fideos con sésamo y una ensalada de espinacas para la cena. Una de las formas más relajantes de absorber el magnesio es tomar un baño con sales de magnesio o de Epsom. La piel es nuestro mayor órgano de ingestión en el sistema sanguíneo, por lo que los baños de magnesio pueden relajarnos y a la vez contribuir a nuestra ingesta de magnesio.
Asegurar que mi hijo tiene niveles saludables de este mineral no va a asegurar su puesto en el equipo de baloncesto de octavo grado, pero le ayudará a dormir bien, a mejorar su estado de ánimo y a disminuir su estrés; hará menos probable que sus músculos se acalambren; y más probable que sea flexible y enérgico. Estos son buenos resultados en cualquier semana del año.