El calcio que usted ingiere o toma como medicamento no causa calcificaciones en la mama.
La mayoría de las calcificaciones no son un signo de cáncer. Las causas pueden ser:
- Depósitos de calcio en las arterias del interior de las mamas
- Historia de infección mamaria
- Bultos o quistes mamarios no cancerosos (benignos)
- Lesión pasada en el tejido mamario
Las calcificaciones grandes y redondeadas (macrocalcificaciones) son comunes en mujeres mayores de 50 años. Se ven como pequeños puntos blancos en la mamografía. Lo más probable es que no estén relacionadas con el cáncer. Rara vez necesitará más pruebas.
Las microcalcificaciones son pequeñas motas de calcio que se ven en una mamografía. La mayoría de las veces, no son cáncer. Sin embargo, es posible que estas zonas deban ser examinadas más de cerca si tienen un aspecto determinado en la mamografía.
¿Cuándo se necesitan más pruebas?
Cuando hay microcalcificaciones en una mamografía, el médico (un radiólogo) puede pedir una vista más amplia para poder examinar las zonas más de cerca.
Las calcificaciones que no parecen ser un problema se denominan benignas. No es necesario un seguimiento específico. Sin embargo, el médico puede recomendarle que se haga una mamografía cada año.
En algunos casos, las calcificaciones que son ligeramente anormales pero que no parecen un problema (como el cáncer) también se denominan benignas. La mayoría de las mujeres tendrán que hacerse una mamografía de seguimiento en 6 meses.
Las calcificaciones que son irregulares en tamaño o forma o que están muy agrupadas, se llaman calcificaciones sospechosas. Su proveedor le recomendará una biopsia estereotáctica. Se trata de una biopsia con aguja que utiliza un tipo de máquina de mamografía para ayudar a encontrar las calcificaciones. El objetivo de la biopsia es averiguar si las calcificaciones son benignas (no son cáncer) o malignas (cáncer).
La mayoría de las mujeres que tienen calcificaciones sospechosas no tienen cáncer.