Historia

Todo comenzó hace más de treinta y cinco años, cuando el creador de Precious Moments®, Samual J Butcher, empezó a dibujar los entrañables niños con ojos de lágrima que él llamaba «Precious Moments» como regalos para familiares y amigos. Hoy en día, sus obras de arte Precious Moments se encuentran entre las más reconocidas del mundo, compartiendo mensajes de amor, cuidado y participación con coleccionistas de todo el mundo.

Un hombre de profunda fe y convicción personal, Sam, demostró talento artístico a una edad temprana y, animado por su madre, siguió una formación artística formal después de su graduación en la escuela secundaria. Su dedicación le valió una beca en el College of Arts & Crafts en Berkeley.

A principios de los años 70, Sam y un amigo, Bill Biel, crearon una pequeña empresa para producir su arte Precious Moments en una línea de tarjetas y carteles, llamando a su empresa Jonathan & David. Llevaron sus productos a la Convención anual de la Asociación de Libreros Cristianos en Anaheim y su pequeño stand se llenó de entusiastas minoristas que querían pedir la nueva línea. La multitud llegó a ser tan grande que los vendedores vecinos se acercaron para ayudar a los dos jóvenes a escribir los pedidos.

Poco después, Sam fue contactado por Enesco Corporation para desarrollar una estatuilla tridimensional basada en su obra de arte titulada «Love One Another». Sam se sintió tan abrumado cuando vio la primera muestra de porcelana que cayó de rodillas y lloró. Fue el comienzo de un fenómeno tanto para Sam como para la industria del regalo.

A finales de 1978, las primeras veintiuna figuras originales de Precious Moments fueron introducidas en el mercado. La respuesta a la colección fue increíble. La gente empezó a escribir a Sam, contándole cómo las figuritas Precious Moments habían tocado sus vidas de una manera conmovedora y sincera. En menos de un año desde su introducción, la demanda era abrumadora. El éxito de las figuritas Precious Moments fue asombroso, pero Sam nunca perdió el contacto con su propósito original de crear un arte que combinara sus emociones sentidas con su fe permanente.

En 1984, Sam tomó la decisión de establecerse en un lugar donde pudiera dedicarse a lo que era verdaderamente importante para él: su familia y su arte. En febrero de ese año, empezó a buscar el lugar adecuado mientras volvía a casa de una exposición de regalos en California.

Durante muchos años, Sam había soñado con construir una capilla en la que pudiera compartir su fe y difundir la palabra de Dios con todo aquel que quisiera visitarla. En un principio se inspiró en la visión de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel en Roma. Recuerda que al contemplar la obra maestra pensó: «¿Podría ser que algún día Dios me concediera el privilegio de compartir la luz que me ha dado pintando lo que siento que tiene que decir sobre su gracia?»

Mientras pasaba la noche en un hotel cerca de Joplin, Missouri, Sam se despertó con la inconfundible sensación de que estaba en un lugar especial. Más tarde, ese mismo día, un agente inmobiliario le mostró una casa con vistas a Center Creek, cerca de Carthage, Missouri. Sam no tenía ninguna duda de que había encontrado su futuro hogar.

El sueño de Sam se hizo realidad cuando se trasladó a Carthage. Allí, finalmente pudo afrontar el reto de construir la capilla que había imaginado durante tanto tiempo. La capilla es un espectáculo impresionante. A cada paso hay murales, ángeles, vidrieras y otras obras de arte de Sam. La capilla está rodeada de hermosos jardines y estatuas que son únicas en su género.

«Es mi oración», dice Sam, «que a través de mi trabajo en la capilla, pueda compartir mi fe con otros y que el Espíritu de Dios toque los corazones de los visitantes y los lleve al conocimiento salvador de Jesucristo, nuestro Señor».

Desde su apertura en 1989, la capilla Precious Moments en Carthage, Missouri, ha dado la bienvenida a millones de visitantes.

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