¿Cuándo se inventó la impresión 3D? La historia de la impresión 3D

Cuando escuchaste por primera vez las palabras «impresión 3D» te imaginaste una tecnología súper futurista, como algo que verías en las películas?

Aunque el término impresión 3D puede sonar como algo que esperarías escuchar en una novela de ciencia ficción, la historia de la impresión 3D, también conocida como fabricación aditiva, es más larga de lo que podrías pensar.

Sigue leyendo para conocer la historia de la impresión 3D, y nuestras predicciones sobre hacia dónde vemos esta tecnología en el futuro.

Nueva llamada a la acción

La historia de la impresión 3D en 3 fases

1980: ¿Cuándo se inventó la impresión 3D?

Las primeras iteraciones documentadas de la impresión 3D se remontan a principios de los años 80 en Japón. En 1981, Hideo Kodama intentaba encontrar una forma de desarrollar un sistema de prototipado rápido. Se le ocurrió un enfoque de fabricación por capas, utilizando una resina fotosensible que se polimerizaba con luz ultravioleta.

Aunque Kodama no pudo solicitar la patente de esta tecnología, se le suele atribuir el mérito de ser el primer inventor de este sistema de fabricación, que es una versión temprana de la moderna máquina SLA.

Al otro lado del mundo, unos años más tarde, un trío de investigadores franceses también buscaba crear una máquina de prototipado rápido. En lugar de resina, buscaban crear un sistema que curara monómeros líquidos para convertirlos en sólidos mediante el uso de un láser.

Al igual que en el caso de Kodama, no pudieron registrar una patente para esta tecnología, pero aún así se les reconoce el mérito de haber ideado el sistema.

Ese mismo año, Charles Hull, registró la primera patente de estereolitografía (SLA). Un constructor de muebles estadounidense que se sentía frustrado por no poder crear fácilmente pequeñas piezas a medida, Hull desarrolló un sistema para crear modelos 3D curando resina fotosensible capa a capa.

En 1986 presentó su solicitud de patente para la tecnología, y en 1988 pasó a fundar la 3D Systems Corporation. La primera impresora 3D SLA comercial, la SLA-1, fue lanzada por su empresa en 1988.

Pero la SLA no era el único proceso de fabricación aditiva que se estaba explorando durante esta época.

En 1988, Carl Deckard, de la Universidad de Texas, presentó la patente de la tecnología de sinterización láser selectiva (SLS). Este sistema fusionaba polvos, en lugar de líquidos, utilizando un láser.

Máquinas de fabricación de SLS en el almacén de la Fundació CIM

El modelado por deposición fundida (FDM) también fue patentado en la misma época por Scott Crump. El FDM, también llamado fabricación de filamento fundido, se diferencia del SLS y el SLA en que, en lugar de utilizar luz, el filamento se extruye directamente desde una boquilla calentada. La tecnología FFF ha pasado a convertirse en la forma más común de impresión 3D que vemos hoy en día.

Estas tres tecnologías no son los únicos tipos de métodos de impresión 3D que existen. Pero, son las tres que sirven como los bloques de construcción que establecerían las bases para que la tecnología crezca y para que la industria sea disruptiva.

Década de 1990-2010: Crecimiento

En la década de los 90, muchas empresas y startups comenzaron a surgir y a experimentar con las diferentes tecnologías de fabricación aditiva. En 2006, se lanzó la primera impresora SLS disponible en el mercado, lo que cambió las reglas del juego en lo que respecta a la creación de la fabricación bajo demanda de piezas industriales.

Las herramientas de CAD también se hicieron más disponibles en esta época, permitiendo a la gente desarrollar modelos 3D en sus ordenadores. Esta es una de las herramientas más importantes en las primeras etapas de la creación de una impresión en 3D.

Durante esta época, las máquinas eran muy diferentes a las que utilizamos ahora. Eran difíciles de usar, caras y muchas de las impresiones finales requerían mucho post-procesamiento. Pero las innovaciones se sucedían cada día y se perfeccionaban e inventaban nuevos descubrimientos, métodos y prácticas.

Entonces, en 2005, el código abierto cambió las reglas del juego para la impresión 3D, dando a la gente más acceso a esta tecnología. El Dr. Adrian Bowyer creó el Proyecto RepRap, que era una iniciativa de código abierto para crear una impresora 3D que pudiera construir otra impresora 3D, junto con otros objetos impresos en 3D.

RepRapBCN en medio del almacén de Fundacio CIM mostrando las Máquinas RepRap a los visitantes.

En 2008, se imprimió la primera prótesis de pierna, impulsando la impresión 3D en el centro de atención e introduciendo el término a millones de personas en todo el mundo.

Después, en 2009, las patentes de FDM registradas en los años 80 pasaron a ser de dominio público, alterando la historia de la impresión 3D y abriendo la puerta a la innovación. Debido a que la tecnología estaba ahora más disponible para nuevas empresas y la competencia, los precios de las impresoras 3D comenzaron a bajar y la impresión 3D se hizo cada vez más accesible.

La impresión 3D ahora

En la década de 2010, los precios de las impresoras 3D comenzaron a bajar, poniéndolas a disposición del público en general. Junto con la bajada de precios, también aumentó la calidad y la facilidad de impresión.

Los materiales que utilizan las impresoras también han evolucionado. Ahora hay una gran variedad de plásticos y filamentos que están ampliamente disponibles. También se pueden imprimir en 3D materiales como la fibra de carbono y la fibra de vidrio. ¡Algunos creativos incluso están experimentando con la impresión de materiales como el chocolate o la pasta!

En 2019, se completó el edificio funcional impreso en 3D más grande del mundo. La impresión 3D se utiliza ahora constantemente en el desarrollo de audífonos y otras aplicaciones sanitarias, y muchas industrias y sectores han adoptado la tecnología en su flujo de trabajo diario.

Es seguro decir que la historia de la impresión 3D todavía se está escribiendo. Cada día se crean nuevas innovaciones e ideas. Estamos muy emocionados por ver lo que viene!

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